Diminuto y sintonizable
La industria de las telecomunicaciones tiene grandes planes para aumentar drásticamente la capacidad de transporte de información mediante el uso de varios colores de luz en una fibra óptica. Gran idea, pero su practicidad depende de un láser que se puede sintonizar en diferentes longitudes de onda. Constance Chang-Hasnain, profesora de ingeniería eléctrica en la Universidad de California en Berkeley, puede tener una respuesta.
El color de un láser se puede cambiar cambiando el tamaño de su cavidad resonante, el espacio en el que los fotones rebotan hacia adelante y hacia atrás antes de emerger como un rayo. En el dispositivo de Chang-Hasnain, un pequeño aumento de voltaje hace que un pequeño brazo en voladizo baje un espejo hacia el chip, contrayendo la cavidad resonante y acortando la longitud de onda. El dispositivo ahora se puede sintonizar en longitudes de onda que abarcan unos 30 nanómetros. Chang-Hasnain apunta a triplicar eso, haciendo posible cientos de canales de comunicación separados.